Cómo superar la adicción a la pobreza siendo emprendedor

Cómo superar la adicción a la pobreza siendo emprendedor

¿Podría alguien ser adicto a algo tan indeseado como la pobreza? – Si – ¿Pero cómo? – De la misma manera que alguien llega ser adicto a cualquier otra conducta o sustancia.
La neurociencia actualmente considera que la adicción a sustancias y a comportamientos comparten las mismas bases neurobiológicas.
 La adicción, en cualquiera de sus formas, genera dependencia y/o tolerancia psicológica y fisiológica. Cuando el individuo se ve privado de la sustancia o conducta a la cual está adicta, su circunstancia se vuelve caótica. La abstinencia le genera desequilibrios químicos y hormonales, y un alto grado de estrés psicológico.
La pobreza, de acuerdo a mi experiencia, puede llegar a ser una condición tan adictiva, que al momento de plantearnos un estilo de vida diferente e intentar despegarnos de nuestro estilo de vida habitual, provoca tal cao existencial, que muchas veces preferimos renunciar al cambio, soportar estoicamente la realidad fáctica y aumentar el umbral “tolerancia” que tenemos al estado de carencia.
Pasar de un estado de carencia a un estado de prosperidad es una transformación dolorosa. Como diría R. Kiyosaki, no se trata de cambiar lo que uno hace, o algún factor externo; se trata de cambiar el SER: “Es comparable a la transformación que sufre la oruga para convertirse en mariposa”.
¿Eres pobre y deseas dejar de serlo? Puedes lograrlo, pero te va doler.

La pobreza; madre de la adicción y la esclavitud

La etimología de la palabra adicción nos permitir ver a la pobreza como la cuna de la adicción. “La palabra ‘adicto’ proviene del latín addictusAddictus era el deudor que por falta de pago terminaba siendo adjudicado o entregado como esclavo a su acreedor”.

 Como vemos, la etimología liga a la palabra adicción no solo a la pobreza, sino a la esclavitud. La pérdida de libertad que se evidencia con la falta de control que el adicto tiene sobre su conducta adictiva es algo característico, que ya en el origen histórico de la palabra fue una nota esencial.
¿Cómo una persona libre y soberana se convertía en addictus?
La historia cuenta que los “plebeyos” era la clase empobrecida en Roma, cuya subsistencia dependía en gran medida de los “patricios”, la clase privilegiada y rica. La rígida legislación romana no establecía límites para los intereses que cobraban los prestamistas, pero sí aseguraba que los patricios pudieran cobrar a sus deudores, aunque sea vendiéndolo como esclavo.
¿Cómo una persona libre y soberana puede ser adicta a la pobreza en pleno siglo XXI?
Así como los plebeyos de la Antigua Roma, la mayoría de las personas hoy en día se ven presas de sus sinsustancias, esclavas de sus deudas, víctima de un sistema financiero tan rígido como el sistema establecido por los patricios en aquel tiempo remoto.
La historia cuenta que la plebe romana logró la unidad, se retiró al Monte Sagrado para erradicarse allí, purificar su honor y finalmente llegar al consenso que liberó a los addictus de la esclavitud.
Aplauso para los Romanos. El sin sabor de la esclavitud fue suficiente motivación para lograr la unidad en pro de la libertad. No se rindieron, quizás a sabiendas que su naturaleza era volar como la mariposa, no morir aplastado como gusano. La oruga se hizo mariposa.
Pero tuvieron que transitar su desierto, como aquel pueblo liberado de Egipto padeció por 40 años, hasta que los efectos de la adicción dejaran de atormentar y los sueños de libertad resurgieran en el corazón de la generación que no nació en Egipto, pero escuchó a sus padres clamar por volver allá y calmar su sed de miseria.
Pleno Siglo XXI, era de la automatización. La cultura de “en tiempo real”. El mundo de los vertiginosos cambios. Hoy, cuando todo queremos rápido, de inmediato, ya… es decir, sin sufrir, nos atrevemos a preguntar:
  • ¿Es capaz el pobre de atravesar el desierto?;
  • ¿dejar la estúpida comodidad de su miseria para ir en pos de su libertad?
  • ¿Tendrá la fuerza de voluntad de vencer la confusión mental que genera el proceso de abstinencia? ¿Será capaz de desapegarse de sus hábitos de “supervivencia al desnudo”?
  • ¿Eres tú capaz de abandonar el hábito de sobrevivir y empezar a vivir?

Si eres una persona emprendedora supongo que habrás respondido positivamente a estos cuestionamientos. Pero ¿cuál será el desierto que te tocará atravesar? Veámoslo.

Características de la persona adicta a la pobreza

Puede resultar una aventura muy alocada describir algunas características a la adicción a la pobreza, pero aquí van algunas que son relevantes a mi parecer:

Un cigarrillo de dinero a medio consumir
Debilitamiento del yo, de la voluntad y el aumento de la pérdida de control. Vive la vida como una hoja que lleva el viento. Cree que la vida es algo que le sucede, que las circunstancias de la vida escapan de su control y por tanto no tiene nada que hacer para cambiar su historia. Es una víctima de la vida.
El autoengaño. Te puede jurar que tiene grandes metas, como ser feliz o sacar adelante una familia. Vagos deseos que no le causa inspiración alguna, ni mucho menos un plan de acción.
Desarrolla un sistema de pensamientos, sentimientos y valores distorsionados. De repente interpreta los valores sociales de una manera muy particular y tergiversada, por lo general para justificar sus propias conductas que no se ajustan del todo a los valores de la sociedad. A partir de estas tergiversaciones suelen crearse grupos que generan una especie de movimiento contracultural, como en las villas miserias.
Desarrolla rituales adictivos que le mantiene en la pobreza.Por ejemplo, los fines de semana son para comer y tomar (y acabar con todo el dinero posible); los juegos de azar, largas horas de televisión u otras actividades improductivas; adquisición de dispositivos no funcionales o poco útiles en su sistema de vida; y otras maneras muy creativas para perder tiempo y dinero.
Vacío existencial y pérdida total de dirección. Está muy relacionado con el primero. No sabe para qué vive, de dónde viene ni a dónde va. Vive por vivir, sin aspiraciones. Por lo general esa es la razón por la que busca distracciones, en algunos casos bastantes violentos o peligrosos, para llenar su vacío y sentir un poco de adrenalina.
Inestabilidad emocional. Propensión a los polos emocionales. Se deprimen de la nada, pierde el entusiasmo, luego se vuelve irritable y hasta violento por cosas insignificante. Esta conducta es común e todo tipo de adicción, por lo que la persona que lo padece suele ser muy dependiente de otras personas, está buscando aprobación, que alguien mas lo motive para hacer las cosas, que se reconozca sus esfuerzo. Son muy sensibles a las ofensas, por lo que les cuesta trabajar en equipo y perseverar en la prosecución de objetivos importantes.
Proyección, quejas y culpas. En general culpa a otros o las circunstancias por los resultados que obtiene en la vida. La queja es mayor pasatiempo. Para todo lo que le molesta hay un culpable, sobre todo sus deudas y su falta de resultado.|
Dilación o procrastinación. No tiene suficiente motivación ni fuerza de voluntad para actuar. Siempre está haciendo lo mínimo y lo urgente. Si no es urgente y bajo amenaza no actúa.
Rigidez mental. Es incapaz de mirar más allá de sus narices y aceptar puntos de vistas novedosos. La cuadratura mental es tan férrea y sería más sencillo cambiarle el cerebro que la mente.
Podrías hacernos el favor de colaborar con la lista en la zona de comentarios.
A lo mejor ninguna de estas características se parecen a ti. O a lo mejor, igual que yo, estás en proceso de liberarte de estas sombras.

“Si naciste pobre, no es tu culpa; pero si mueres pobre sí es tu culpa” B. Gate

 Pero el desapego a estas conductas adictivas tiene sus consecuencias. El síndrome de abstinencia tiene que ver con las consecuencias psíquicas, químicas y hormonales de dicho desapego. Aquí te comparto algunas de estas tormentas.

Síntomas del síndrome de abstinencia en la adicción a la pobreza

Salir del círculo de la pobreza es más doloroso de lo que la mayoría puede imaginar. De hecho, por esa misma razón, es un camino muy poco emprendido.
Para tranquilidad de los conformistas, el catálogo de excusas está repleto de racionalizaciones que permiten justificar con mucha elegancia la “decisión” de permanecer en la pobreza y evitar el doloroso proceso de volverse libre, rico y feliz.
Vale recalcar que dicho proceso es más o menos doloroso, dependiendo de cuán adicto seamos a la pobreza y cuanta fuerza de voluntad pongamos en la tarea de prosperar.
He aquí algunos fenómenos que suele ocurrir durante el proceso de liberación y purificación:

Conducta fanáticas compulsivas

 Sucede en la primera etapa del proceso, cuando uno empieza a sentir una especie de aversión a su estilo de vida anterior. Por lo general es proceso es compulsivo. Yo recuerdo sentir una especie de rabia contra las condiciones de estrechez mental y esclavitud financiera que fuera el clima en que viví por años.
A veces proyectamos esos sentimientos hacia otras personas de nuestro entorno. Las víctimas preferidas son personas que forman parte del mundo de pobreza que deseamos abandonar. Criticamos a familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc., considerándolos un bastión de miserables, cabeza duras, ignorantes, o algo por el estilo. Peor si algunos de ellos se atreven a criticarnos por desear cambiar.
Es una etapa muy triste e inmadura en el proceso de prosperidad.

Crisis de identidad

El proceso natural del aprendizaje y el crecimiento en la vida es morir para vivir, desaprender para volver a aprender, renunciar para lograr, perder para ganar.
Cuando empezamos a desmantelar nuestra manera habitual de pesar, nuestros sistemas de valores, nuestras aspiraciones, nuestros hábitos existenciales, pasamos por una etapa en que miramos la cara a la nada.
La nada nos angustia. Pisamos arenas movedizas y no sabemos que hay abajo, en donde podemos parar, a qué podríamos agarrarnos. De repente no sabemos quiénes somos y empezamos esa búsqueda apasionante hacia el centro de nosotros mismos.
Cuando dejas de ser lo que eras, nada nos urge más que empezar a ser alguien. La búsqueda es intensa y profunda. La angustia es inevitable. Nuestro único sostén es la esperanza de que algo mejor nos espera al final del túnel.

La añoranza del pasado mejor

El síndrome del deseo de volver a Egipto. En algún momento añoramos la vida a la que estuvimos acostumbrado y acomodado. El desierto se vuelve tan tedioso y la tierra prometida pareciera alejarse ante el cansancio de las piernas.
La tentación de volver a lo seguro y los resultados inmediatos son una constante hasta que los resultados de nuestros emprendimientos se vuelvan importante y nos permita saborear al menos en partes pequeñitas de los sueños que abrigamos en el corazón.

Falta de perseverancia y/o persistencia.

 Cuando la crisis llega, la paralización es una de las consecuencias inmediatas. Es el momento más peligroso del proceso, donde los monstruos mentales empiezan atacar con todo furor.
Cuando consideramos la posibilidad de tirar la toalla es cuando la nada es abrumadora. Nos perdemos de hecho. Si no es el camino a la prosperidad, entonces qué. Con qué argumentos seré capaz de volver a Egipto, qué contaré a mis hijos. Nada, nada, nada.
Una parada en el camino, unos días de crisis, se convierten entonces en la mejor oportunidad de buscar la razón última para las cosas.

“Aquello que constituye una razón para vivir, con frecuencia también es una razón para morir” A. Camus.

 Autoengaño
Otro síntoma de dolor que produce el desapego a los hábitos de pobreza es el mecanismo de defensa del ego por el cual nos engañamos a nosotros mismos. Somos muy creativos para ello y por lo general recurrimos a nuestros viejos conocidos: quejas y excusas.
Buscamos justificaciones para no hacer lo que hay que hacer. Nos refugiamos en acciones improductivas, pérdidas de tiempo, dilaciones innecesarias. Culpamos la economía, la gente con la que trabajamos, el clima, la política…

El culto al ego

Si bien todo lo anterior tiene que ver con autodefensa del ego, un triste tramo del proceso de liberación es confundir el propósito con el ego.
Por vanagloriarnos a nosotros mismos, dificultamos la realización de los planes y proyectos, anteponiendo nuestro orgullo ante la humilde dación de sí mismo a favor de una causa más grande. El ego puede resultar tan grande que nubla la vista para no ver el propósito. Sin visión no hay prosperidad.

Miedo a la libertad

Mi maestro de filosofía, el salesiano Pedro Chinaglia solía recordar que en los EE.UU se olvidaron de construir una estatua. Construyeron la Estatua de la Libertad, pero no la Estatua de la Responsabilidad. Una no puede existir sin la otra, decía.
Eric From, en su obra “Miedo a la Libertad” afirma que hay dos tipos de libertad. Una libertad exterior, como las libertades públicas; y una libertad interior, que consiste en la capacidad de autodeterminación que cada ser humano debe ejercer para definir lo que desea en la vida y trabajar para hacerlo realidad.
Asumir que todo lo que sucede en tu vida es tu responsabilidad puede que no resulte muy cómo en su momento. La responsabilidad asusta, pero ese es el reto: la conquista del miedo a ser libre.

diferentes tipos de adicciones

El síndrome de abstinencia es inversamente proporcional al tamaño de tus sueños

Superar el síndrome de abstinencia a la pobreza representa un camino de reinvención de sí mismo.
Es un trabajo de reingeniería interior cuya base es el profundo conocimiento de sí mismo. No puedes llegar muy lejos en el camino hacia la prosperidad si antes no llegaste bien lejos en el camino del descubrimiento del propósito de vida que te vio nacer.
El autoconocimiento, el propósito de vida, el respeto y genuino amor a sí mismo y un profundo enamoramiento por los ideales o sueños que abrigan el corazón, son el Moisés y su cayado, que guiarán tus pasos en la travesía del desierto.
No se atraviesa el desierto a menos que el corazón abrigue la esperanza cierta de la “Tierra Prometida”, que son tus sueños. Pero incluso así, necesitarás de algunos milagros en el camino.

Tratamiento para el síndrome de abstinencia a la pobreza

La panacea para todos los síntomas de adicción a la pobreza ya describimos en el punto anterior. Descubrir un propósito trascendente por el cual valga la pena cualquier sacrificio. Un propósito que promueva en nosotros la más pura fuerza de voluntad para crear prosperidad.
Un tratamiento completo incluye un proceso educativo integral, cimentado en el propósito de vida y sostenido sobre 4 pilares:
Educación financiera: Formación en los principios financieros esenciales, ausentes en gran medida en la educación. Manejo de las leyes que gobierna el dinero y los principios de una adecuada administración de los recursos es imposible. Formación en los principios de éxito en cada tipo de emprendimiento. Mentalidad empresarial, etc.
Desarrollo de la inteligencia emocional: el factor más determinante en el manejo del dinero es el manejo de las emociones. La inteligencia financiera es directamente proporcional a la inteligencia emocional. De igual modo, es imposible desarrollar un proyecto de éxito empresarial sin las habilidades emocionales que permitan conservar el entusiasmo, sobrellevar situaciones críticas, lidiar con relaciones difíciles, liderar personas.
Desarrollo de destrezas y habilidades físicas: las personas exitosas son aquellas que han creados hábitos de hacer las cosas de manera exitosa. En el mundo de los negocios es mucho más importante ser poseedor de grandes habilidades, que grandes teorías. Hay personas muy educadas, con mil teorías en la cabeza, pero quebradas financieramente.
Trascendencia: Es imposible lograr un estilo de vida superior cuando uno cree ser cautivo por la circunstancia. La trascendencia implica desarrollar fe en sí mismo y en algo superior que nos permita considerar la vida como algo verdaderamente importante. La trascendencia nos invita vivir la vida conforme a una escala de valores humanitaria, y rechazar el tedio de sobrevivir sin sentido alguno.

Conclusiones

 Cuando somos emprendedor y proyectamos para nuestra vida nuevos grados de libertad, nos sentimos en la necesidad de abandonar hábitos de vida, que muchas veces nos cuesta demasiado. La re-invención de sí mismo es un proceso doloroso.
Sin embargo, la historia no registra las cosas fáciles. La historia humana está escrita sobre los grandes desafíos que el ser humano tuvo que enfrentar con valentía demostrando su valor.
¿Eres pobre y deseas tu libertad financiera? No te rindas, porque al final valdrá la pena el sacrificio. No se trata de cuánto vas a ganar, sino en quién te vas a convertir. Adelante!
Milciades Villalba Santos

Milciades Villalba Santos

Autor

Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.

Este blog es resultado de dos cosas: El sueño de ser un escritor, y la tranformación que supone en mi vida convertirme en empresario del Siglo XXI.

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La muerte del empleo y la resurrección del trabajo

La muerte del empleo y la resurrección del trabajo

Leí un posteo en redes sociales que decía “Si no encuentra un empleo, trabaja”. ¿Qué exactamente significa?
La paradójica frase contrapone entre sí dos vocablos que generalmente usamos como sinónimo, sin advertir que confundir “trabajo” con “empleo”, es vilipendiar el genuino significa de un valor humano de enorme importancia, como es el “trabajo”.
El ser humano, por naturaleza es un ser trabajador. Es decir, utiliza su inteligencia y habilidades para transformar el mundo en un hogar más acogedor.
El empleo, sin embargo, hace referencia a una condición del trabajador. Es apena una modalidad de trabajo, cuya naturaleza es circunstancial, porque pertenece a un modelo económico social de apenas tres siglos, y en plena crisis, por cierto.
Te prometo que a partir de este artículo nunca más te faltará trabajo, y sentirá tal placer con tu trabajo, que trabajarás incansablemente, pero con la mayor satisfacción del mundo. Ahora comprenderás aquel dicho “quien ama lo que está haciendo, nunca más vuelve a trabajar”.

El trabajo es un valor que dignifica al hombre.

Trabajo es toda actividad que involucra esfuerzo físico y mental, libremente ejecutado por el ser humano a fin de producir en su entorno los medios y recursos que garanticen su supervivencia y el desarrollo de su potencial.
El trabajo es inherente a la naturaleza humana. El hombre se desarrolla y se realiza por medio de su trabajo, dejando su sello en la naturaleza, creando cultura, dejando un legado a las futuras generaciones.
Cualquier otro animal nace predeterminado instintivamente a realizar ciertas tareas específicas que le permite sobrevivir. Cada especie animal “sabe” lo que ha de hacer por instinto y así sobrevive. Basta ser paloma, para actuar como paloma, hacer todo cuanto hace una paloma y morir después como paloma.
Sin embargo, el ser humano, libre por naturaleza, ha de descubrir el área de la vida en que ha de impregnar su firma existencial, y esa actividad le permitirá el desarrollo del talento único con que ha nacido.
El trabajo es un don, un valor, un medio que nos permite transcender a cualquier especie animal. Trascender las circunstancias en que hemos nacido, dejar nuestro sello al mundo, trascender incluso la muerte con nuestro legado.

¿Por qué los ricos trabajan tanto?

Hasta hace muy poco tiempo yo era uno de los que pensaba que los ricos no trabajan, que se pasan de joda en joda, haciendo que los pobres trabajen duro para ellos por un poco de su dinero. Esto fue antes de estudiar la vida, la mentalidad y los valores de las personas exitosas y prósperas y conocer algunos de ellos.
La verdad es que ellos trabajan tanto como cualquier otra persona. Al menos es así en caso de aquellos que realmente dejan huella en el mundo, están enfocado en propósitos que desarrollan lo mejor de ellos mismos y sienten en su interior la satisfacción de estar construyendo un mundo mejor para todos.
La vida en todas sus manifestaciones nos demuestra que todo está en constante crecimiento y expansión. Cuando uno termina de crecer, empieza a morir.
El trabajo es un medio para el ser humano para entrar en esa dinámica universal de crear y crecer. Un ser en contante cambio, conquistando nuevos horizontes, desarrollando nuevas habilidades, solucionando dificultados, superando obstáculos, contrayendo.
Un sacerdote italiano, conocido como Don Bosco decía siempre a sus discípulos: “descansaremos en el paraíso”. Esa es la actitud que veo en los grandes hacedores de la humanidad. No trabajan por dinero, sino por ellos mismos, por seguir dando lo mejor de sí para el mundo, por la satisfacción de fluir con la vida.

La historia del empleo.

El trabajo ha ido evolucionando de una etapa puramente artesanal, a una etapa de alta tecnología como la que vivimos hoy en día. El sistema de trabajo bajo la condición empleado-empleador se convierte en medio de vida para la mayoría recién en la modernidad, con la aparición de la era industrial. Sin embargo tiene sus fundamentos en un modelo social anterior, en la era agrícola; específicamente, la esclavitud.
No es nuestro propósito describir aquí el origen de la esclavitud y su desarrollo. Lo cierto es que, tras la aparición de la era agrícola, paulatinamente se fue diferenciando dos tipos de trabajo: el intelectual y el físico. Tras un proceso lento pero inteligente, los planeadores, los trabajadores intelectuales, se fueron convirtiendo en dueños de las extensiones de tierra, y terminaron adueñándose también del trabajo de esclavos y campesinos que les cultivaban sus tierras.
Con el surgimiento del capitalismo y la era industrial, las masas trabajadoras (esclavos, artesanos y campesinos) se convirtieron en obreros. La esclavitud fue abolida paulatinamente, pero no así la condición explotadores-explotados. Realidad que motivara ideologías revolucionarias como el socialismo, y otras no tan revolucionarias como las luchas sociales, los sindicatos, peleando por condiciones laborales más humanas.
Poco a poco el empleo fue pareciéndose menos a la esclavitud, hasta convertirse en el modelo de ingreso por excelencia gracias al sistema educativo diseñado para producir empleados altamente competentes.

El apogeo del empleo en la segunda mitad del siglo XX

La escuela pública obligatoria fue instalada e impulsada en el mundo a fin de satisfacer la demanda de manos de obra calificada en la operación industrial. Los gobiernos del mundo invirtieron para impulsar este sistema educativo, y fue muy conveniente para aquellos países en proceso de industrialización. No así para los países no industrializados.
En países menos desarrollados, la educación formal sistematizada llegó tarde, así como la industrialización. Recién en las últimas décadas del siglo XX se democratiza el acceso a las universidades de tal manera que millares de jóvenes puedan acceder a una formación profesional universitaria con relativa facilidad.
En la segunda mitad del siglo XX, la formula financiera por excelencia era: “ve a la escuela, saca buenas calificaciones, consigue un empleo bien remunerado, con todos los beneficios y asegura tu futuro”. Los empleos eran bien remunerados, seguros y con grandes beneficios, incluyendo un buen retiro o jubilación.
Ser un profesional con buen empleo era realmente buen negocio.

La muerte del empleo a mano de la revolución tecnológica

Como afirmamos arriba, la aparición de nuevas tecnologías siempre produce cambios en las condiciones laborales. En el momento histórico que vivimos, la evolución tecnológica es tal, que la tecnología no solo influye en la manera en que realizamos nuestras tareas, sino en gran medida están sustituyendo la mano de obra humana.
Las nuevas tecnologías permiten a las industrias operar cada vez con menos empleados, sin perder su capacidad productiva. Al contrario, producen mejor y a más bajo costo.
Esta evolución tecnológica hace que el empleo, tan aclamado en finales del siglo XX, sea hoy la peor fórmula financiera de cara al futuro. Si estás hoy en la universidad pensando que al obtener un diploma de graduación te estará esperando el empleo de tu vida, estás en un grave error.
La crisis del empleo es tan y tan dolorosa porque produce una fisura en la mentalidad de toda una sociedad educada, programada, domesticada, para trabajar en situación de dependencia. La programación llegó a ser tal, que las personas confunden trabajo con empleo, y cuando no encuentra un empleo se siente morir.

Que significa cuando alguien dice no hay trabajo

Cuando alguien afirma por ahí que no hay trabajo, lo que en realidad está buscando es un empleo. No está en busca de algo que lo desarrolle como persona, sino algo que le dé un poco de dinero para sobrevivir.
La peor herencia de la era del empleo es la mentalidad. Quien trabaja solo por dinero, pierde la oportunidad de prosperar. Es más, pierde gran parte del sentido de la vida. Por lo general vive una vida de poco valor, sin sentido, sin propósito alguno. Internamente piensa y vive una vida de esclavo.
Quien ha descubierto el propósito de su vida y ha decidido explorar en la profundidad de su ser para sacar a relucir sus máximas potencialidades, nunca está sin trabajo, nunca está desesperado esperando que alguien más se haga cargo de su vida. Es una persona apasionada por la vida, por lo que hace y por sus metas que nunca pasa desapercibido.
La resurrección del trabajo y la oportunidad de una verdadera libertad laboral
La crisis que representa el proceso de cambio de la era industrial a la era de la globalización representa una oportunidad para las personas emprender finalmente el camino hacia una verdadera libertad.
Las nuevas tecnologías generan a sus pasos innumerables oportunidad para que las personas asuman la responsabilidad sobre su propia vida, dedique sus esfuerzos a algo que realmente ama y brinde sus talentos al mundo, desde donde se encuentre en este momento, para cualquiera que requiera su servicio en cualquier punto del planeta.
Hasta finales del siglo pasado, las personas necesitaron migrar a miles de kilómetros de distancias en busca de oportunidades para desarrollar su talento o su trabajo. Sin embargo, en la “aldea global”, cada vez es menos necesario emprender esos viajes para prestar servicio a cualquier otra persona en el mundo a través de internet.
La interconexión y el trabajo en equipo se presentan como una mega tendencia en la nueva realidad económica mundial.

Netoworking y personal branding

Dos términos que se vuelven moda en la actualidad.
Networking, o trabajo en red, es una condición indispensable para cualquier profesional con ganas de triunfar en la nueva economía.
El profesional que se aísla está en peligro de quedar al margen del negocio. Tras la desaparición de la seguridad laboral, los profesionales necesitan establecer relaciones, crear redes, trabajar interconectado con sus colegas y con otros profesionales.
De igual manera, la marca personal (personal branding) es de vital importancia. No basta con graduarse con honores en la universidad y presentar las credenciales. Supongamos que eres nutricionista; cuando alguien necesita un nutricionista ¿Qué hará que piense en tu nombre y no en alguien más? Porque hay montones más, ¿Verdad?
La marca personal es aquello que te hace diferente y especial. Incluye tu personalidad, tu actitud, tus valores, tu imagen, tus creencias, tus conocimientos y habilidades, etc.
Necesitas trabajar duro para grabar la imagen de tu profesionalismo en tu nicho de mercado. Necesitas ser una marca potente y no lo podrás lograr a menos que de verdad ames lo que haces, lo hagas con pasión total, integridad inquebrantable y con visión empresarial.

En conclusión

Definitivamente vivimos en un mundo totalmente distinto al Siglo XX. Todos tenemos la oportunidad de trabajar e aquello que realmente amamos. Pero también todos y cada uno tenemos la responsabilidad de construir nuestro sello personal, nuestra marca, nuestra imagen y vendernos a buen precio.
Necesitamos aprender a trabajar juntos, en equipo, en cooperación. Los llaneros solitarios desaparecieron, y los espíritus competidores tienen solo un oponente con quien seguir compitiendo: consigo mismo.
No se trata de ser mejor que nadie, el camino es ser la mejor versión de sí mismo, y trabajar día tras día en dirección a ese camino.
Milciades Villalba Santos

Milciades Villalba Santos

Autor

Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.

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¿Sabía que si trabaja como burro siempre será pobre?

¿Sabía que si trabaja como burro siempre será pobre?

En cierta  ocasión, llega una  persona a la casa de un amigo y empieza a conversar con su señora sobre temas varios, hasta que entraron en temas económicos. En algún momento de la conversación, estas fueron sus palabras:

“La verdad que yo trabajo como un burro, y no me sobra nada”, comenta el visitante. – ¡Verdad que sí! También yo trabajo como una burra y sigo tan pobre como siempre – responde la esposa de mi amigo.

Ante esto, mi amigo interviene y comenta: “Pues, precisamente ese es el punto: que trabajan como burros; yo no conozco ningún burro que haya sido próspero y dichoso, todos ellos terminan como pobres burros”.


¿Por qué trabajar como burro lo mantiene en la pobreza?

El ser humano está llegando a la conciencia de que los animales no fueron puestos en el planeta para hacer con ellos cuanto nos antoje. Se han establecido sociedades protectoras de animales e incluso legislaciones que salvaguardan a algunas especies del abuso de los seres humanos.

Los nobles burritos forman parte de las especies que están llegando a acceder al beneficio de la protección. La humanidad le está otorgando una suerte de jubilación, al exonerarlo de las arduas tareas que les tocara desempeñar a lo largo de la historia.

Pero, ¿qué tienen en común estos animalitos con aquellos seres humanos que, en forma parecida, llegan a la etapa de la jubilación en total estado de pobreza, después de 40 años de dura labor?

¿Qué hace que la mayoría de los seres humanos corran la misma suerte del pobre burro? Hasta el mismo hijo de Dios se montó encima y sin embargo, por más emblemática que haya sido su labor, su suerte no cambió nunca, fue destinado por siglos a cargar sobre su lomo penosas cargas.

De igual modo, por más brillante labor que realice, el que trabaja como burro, finalmente termina sus días con una triste jubilación ¿Por qué?

1. El burro no sueña

La cualidad más importante entre los grandes soñadores es su capacidad de soñar, de crear en su mente una imagen de cómo debería ser la vida, y no simplemente vivir como un autómata, como un papel arrastrado por el viento.

Lastimosamente, la persona que se ve obligada a trabajar como burro, ha suspendido esa actividad del alma. Se ha negado a soñar, sofocado ante las constantes frustraciones al no tener la libertad de vivir la vida que le hubiera gustado vivir. Entonces cae en el conformismo y una tediosa existencia marcada por la rutina.

Cuando el hombre renuncia a soñar, renuncia a aquella parte de su ser que le permite trascender la existencia meramente animal. Si no estás persiguiendo un sueño, nada te distingue al taciturno burrito de olería, dando vuelta en el mismo lugar, empujando día a día la misma pesada carga.

2. El burro necesita un auriga

 Al carecer de un propósito propio, el burro depende de la dirección de un auriga, que no solo lo guíe, sino de tanto en tanto lo hinque y lo garrotee para que se mueva.

Aparentemente el ser humano llega a caer en tan bajo estado de existencia. Pero al perder la dirección hacia sus sueños y sus metas personales, la persona queda sin esperanza y anula la fuente de su motivación.

Igual que el burro, la persona sin sueños y sin metas en la vida, preso en el tedio de la monotonía, queda merced a la pereza, la desidia, la apatía y otros tipos de alimañas emocionales que lo mantiene en un estado emocional muy cercano a los zombis.

El hombre ha nacido para ser libre. Cuando cae en este estado de letargo emocional pierde su estado de libertad. Necesita que alguien le diga lo que tenga que hacer y de algún modo esté pendiente de él para que en verdad lo haga. No es capaz de entrar en acción a menos que alguna situación o alguna persona lo obliguen.

No trabaja porque “quiere ir a trabajar” sino porque “tiene que ir a trabajar”.

3. El burro solo recurre a la fuerza, no a la inteligencia

 El algún momento de la historia, astutos seres humanos introdujo en la conciencia colectiva el mito de que “para ser próspero, hay que trabajar duro”. ¡Qué triste mentira!

La historia nos ha demostrado que aquellas personas que más duro trabajan todos los días, están esclavizados en su situación laboral y no pueden salir de allí. Para más, por más duro que trabajan siguen tan pobres como siempre.

He comprendido que la prosperidad no se trata de cuán duro trabajas, sino de cuan inteligentemente trabajas. Todas las personas ricas que prosperan, hacen las cosas de manera diferente, de tal modo que llegan a multiplicar su tiempo y su dinero.

Déjame que te haga esta pregunta. En la empresa en la que trabajas, ¿Quiénes son los que más duro trabajan? Y ¿Quiénes son, en cambio, los que más cobran? En muchos casos, los dueños y los ejecutivos se reúnen a las nueve de la mañana en el campo de golf. Mientras los empleados a quienes les toca el trabajo más duro, madrugan a fin de llegar a tiempo, prepara mercaderías, despachar y tener todos los informes para cuando el ejecutivo pase por la oficina.

si desea prosperidad en su vida, usted necesitad trascender la fuerza bruta. Sobre todo trascender la brutalidad en el campo de la educación financiera.

Un asno trabajando en escritorio

¿Qué tan burro eres?

Hay quien puede estar pensando: ¿Y qué culpa tengo yo de ser pobre y que me hagan trabajar como buro? ¿Qué quiere que haga si mi familia es pobre, no tengo capital y no me queda otra que trabajar todo el día como burro? O tal vez, ¿Qué voy a comer si no trabajo duro todos los días? Más aún ¿De qué me sirve soñar, si sé bien que no me alcanza ni para comer? ¿Todo el mundo está así?

Si te identificas con algunas de estas maneras de pensar, estás bastante “emburrecido”. Estás asumiendo un papel de víctima y eso contribuye a que termines tus días como el pobre burro.

Si estás muy burro así, te recomiendo que leas el artículoanterior.

Otros, un poco más proactivos, ya se están preguntando insistentemente cómo puede dejar la vida de burro que lleva tratando de alejarse lo más posible de las tres características del burro que acabamos de describir.

Hay personas que se aferran a su estado porque ya fueron afectados por el conformismo y están habituados a la sobrevivencia. Se han mentalizado en ser burro y nada hay que podamos hacer al respecto.

Pero el soñador tiene esperanza, buscará su libertad. Y sabemos que “quien busca encuentra”. Esa es la invitación para ti, nuca renunciar a tus sueños. Busca sondear los límites de tu libertad. Es la invitación a toda la humanidad. Sin dudas, estamos en los albores de grandes transformaciones en el mundo. Los cambios son numerosos y están entrando en una etapa de aceleración.

¿No me crees nada? No me creas. Pero si los burros están empezando a gozar de derechos, protección y una vida más confortable ¿no crees que es estúpido perder la esperanza?
Milciades Villalba Santos

Milciades Villalba Santos

Autor

Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.

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No inicies un negocio, si lo que quieres es changar

No inicies un negocio, si lo que quieres es changar

¿En qué piensa el emprendedor cuando está justo iniciando un negocio? Por lo general, en el dinero que va ganar. El empresario emprende pensando en el lucro y en las conquistas materiales y espirituales que logrará con él.
Sin embargo, existen notorias diferencias en cuanto a los hábitos mentales de un emprendedor y otro, en el proceso de ir en pos de su meta. Y son esos hábitos que harán la diferencia en el logro del éxito o en la velocidad del fracaso.
 
Gracias a mis labores, trabajo a diario con diferentes tipos de emprendedores. La mayoría experimenta un gran entusiasmo cuando ve el premio, el lucro que representa el negocio. Pero mucho de ellos fracasan y se desilusionan con una increíble rapidez a causa de sus expectativas erróneas. Expectativas ligadas a sus hábitos de ingreso.
 
¿Cuál es la expectativa correcta a la hora de iniciar un negocio? Lo vemos a ver. Pero has de saber que dichas expectativas están ligadas a hábitos mentales, cuya modificación y adecuación requieren un gran esfuerzo.

Los 3 tipos de mentalidad o hábito de ingreso

Robert Kiyosaki afirma que existen solo dos tipos de personas, con relación al dinero: “las que trabajan por dinero, y las que hacen que el dinero trabaje para ellos”. Solo el segundo grupo logra libertad financiera.
La gran mayoría de personas pertenecen al primer grupo. Los que estamos en tránsito hacia el segundo grupo, en el camino nos tocan superar escollos de hábitos mentales como las siguientes:

Mentalidad de changuero o changador

En la jerga popular conocemos la “changa” como una “ocupación transitoria, o un negocio pasajero”. En algunos países de Latinoamérica también se denomina “changa” al oficio de maletero.
 
Estas personas están habituadas a recibir ingreso por cada labor que realiza. Trabajan cada día para vivir cada día. No tienen la mínima noción de lo que significa un plan de trabajo a mediano o largo plazo. Si no ven el dinero para el final del día o, como máximo para el fin de semana, no trabajan.
 
La tónica de esta mentalidad es el inmediatismo en su máxima expresión. No miran el futuro ni para distraerse. Cada día viene cargado de urgencias y sus hábitos giran en torno a esas urgencias. La persistencia tampoco forma parte de su diccionario.

Mentalidad de empleado

El empleo no necesita carta de presentación, es un gran conocido por todos. La mayoría lo ven como lo más natural de la tierra, ignorando su fecha de nacimiento (la revolución industrial) y a su progenitor (capitalismo industrial). En el Siglo XX se convierte en la quinta esencia del modelo socioeconómico mundial, que está en plena crisis en la actualidad.
 
Los hábitos de ingreso del empleado están mucho más planificado, pero no por el empleado, sino por el gobierno y el jefe. En teoría, el gobierno se encarga de planificar su seguro social y su jubilación; para ello se queda con una buena parte de sus ingresos. El jefe se encarga de planificar sus labores, sus horarios, sus vacaciones, y sus días de pago. Todo transcurre con suma tranquilidad, toda vez que el deposito en su cuenta este hecha en la quincena o fin de mes.
 
La tónica de esta mentalidad es la seguridad y la regularidad. Esto significa que el cobro está garantizado para la fecha prevista y el monto es invariable. El empleado está altamente habituado a un estándar de vida basada en un ingreso fijo, donde simplemente debe seguir la regla de juego prestablecido para no correr ningún riesgo.
 
El terror de la mentalidad de empleado es la incertidumbre. Por eso detesta depender de la changa para vivir, se preparó por largos años de su vida para no tener que pasar la vida changando. Pero también experimenta un terrible temor a la hora de invertir o apostar a una visión cuya consecución represente algún riesgo; como ocurre en cualquier negocio.

Mentalidad empresarial

Empresario es una persona que es “titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa”, de acuerdo al diccionario. Estrictamente, el verdadero empresario sería el “dueño del negocio”, porque el directivo puede o no operar como un empresario dentro del sistema.
 
Si un directivo cumple su labor a cambio de un pago fijo, por más que ocupe un cargo de presidente o gerente de la empresa, sería un simple empleado, con los hábitos de ingresos que ya describimos.
 
Los hábitos de ingresos del empresario son totalmente diferentes a los anteriores. El emprendedor no trabaja por una paga, sino por un resultado que se mide en porcentajes y en posicionamiento del negocio dentro del mercado. Su enfoque no es el dinero que ganará a fin de mes, sino la solidez el sistema que está creando y su proyección para el futuro.
 
Cuando creas un sistema sólido, que se convierte en un chorro de ingreso continuo, la preocupación por el dinero pasa a segundo plano. Esa es la meta empresarial.
 
Sus gastos personales están planificados en detalle en periodos largos. No están calculando sus gastos diarios ni semanales, porque están previstos dentro de un presupuesto anual.

La adicción al dinero nubla la visión
La adicción al dinero puede nublar la visión del emprendedor


El bonito sueño empresarial y los 3 tipos de mentalidad

El viejo modelo socioeconómico basado en el empleo está en crisis y las personas se ven obligadas a buscar nuevas alternativas de ingreso.  La gran mayoría de personas creció y fue educada en la mentalidad de empleo, pero ante los cambios se ven obligados a recurrir a la changa para seguir sobreviviendo, o emprender el camino empresarial.
 
En su libro, “El cuadrante del flujo del dinero”, Robert Kiyosaki afirma: “El paso del cuadrante izquierdo (empleo y autoempleo) al cuadrante derecho (empresario e inversionista) es comparable al cambio que experimente la oruga para convertirse en mariposa”. No solo cambia lo que hace, sino todo su SER como persona; su mentalidad, su escala de valores, su círculo social, sus aspiraciones más profundas, su autoestima, etc.
 
Aquí vamos a ver lo que sucede en la mente del changuero y del empleado cuando inicia un negocio y por qué suelen fracasar antes de iniciar. Esto nos dará una pista de los obstáculos que internamente nos pueden estar impidiendo lograr el éxito en los negocios.

El changador iniciando su negocio

Por lo general esto es algo totalmente atípico. Por su estilo de vida y su mentalidad, el changero es incapaz de visualizar una oportunidad de negocio y desarrollar habilidades empresariales. Por supuesto, no hay nada real que le impida lograrlo. Los únicos obstáculos reales están en su mente.
 
Por lo general no tienen el hábito de ahorrar y menos el de invertir. Están habituados hacer algo, cobrar, gastar y volver al mismo ciclo. Cuando el negocio no le da la garantía de poder ganar dinero rápido y fácil, ellos entran en crisis. La vida es hoy, y si no hay garantía de cobrar hoy, no tiene sentido ningún negocio.
 
Muchos emprendedores se comportan con la misma actitud en sus negocios. Están felices cuando hay dinero sonante en caja todos los días. En algunos casos empiezan a gastarlo y llevarse la “gran vida”, perdiendo totalmente su visión de futuro.
 
Otros se desesperan al no ver resultados financieros rápidos y abandonan el negocio en su etapa de arranque y posicionamiento. Afloran en ellos la mentalidad de changueros y fracasan como emprendedores.

Otro síntoma de esta mentalidad en los negocios es siempre estar iniciando y reiniciando, inventando cosas, probando estrategias nuevas, abandonando los planes y estrategias a largo plazo. Si bien es cierto que la creatividad es buena, si no somos constante en una estrategia corremos el riesgo de nunca lograr estabilidad y pasarnos la vida reiniciando.

El empleado iniciando su negocio

Los “buenos puestos laborales” como gerencias o jefaturas, direcciones, empleos bancarios, etc., como algún puesto ligado al poder social,  conceden al empleado cierto prestigio, en la cultura que nos vio nacer. Un elixir para el ego, por el que hemos aprendido a luchar, sacrificando años de infancia y juventud, y una buena inversión de dinero para adquirir la preparación profesional que requieren esos puestos.
 
Uno espera que este tipo de personas, bien preparadas, profesionales, a la hora de buscar alternativas de ingresos, serían capaces de aprovechar el mar de oportunidades que ofrece la nueva economía para convertirse en empresarios, porque cuentan con todo el potencial de lograr éxito en los negocios.
 
Increíblemente, las personas con mentalidad de empleo, en vez de buscar alternativas de negocios para convertirse en empresarios, son más propensos a buscar una “changa” que les permita resolver algunos problemas financieros y poder seguir sobreviviendo en sus puestos.
 
El hábito mental de seguridad y la regularidad ha hecho florecer en ellos un espíritu conservador tan persistente que pone en peligro su futuro financiero y el futuro de sus generaciones.
 
El empleado, inicia el negocio con el sueño empresarial. Tiene la capacidad para entender el potencial del negocio, comprende a la perfección todo el proceso que implica el logro de las metas. Gracias a su educación entiende con perfección las estrategias y los planes.
 
Pero al momento de entrar en acción se paraliza. No está dispuesto a invertir el tiempo y el dinero necesario, por más insignificante que sea el monto. En la gran mayoría de los casos, el entusiasmo le duro exactamente un mes, o máximo 90 días. Sus hábitos mentales lo han traicionado.
 
El empleado desea ser empresario, pero su actitud es la de un changero inmediatista. Su falta de compromiso (dedicación de tiempo e inversión de dinero) representa un síntoma del terror que genera en su interior la incertidumbre inherente a cualquier proyecto empresarial. El miedo domina su vida. Nada le provee más alivio, que el “seguro” puesto que le permite sobrevivir; en el fondo, su mayor deseo es la seguridad que cree que le provee el empleo.

El empresario iniciando su negocio

Construir una empresa es comparable a plantar un árbol, con la esperanza de recibir sus frutos el resto de la vida y dejarlo como herencia a las próximas generaciones.
 
La expectativa de un empresario es muy diferente a la de un changero o un empleado. Si bien el objetivo principal de su emprendimiento es la de obtener lucro, no pretende ganar dinero a la manera de los demás.
 
La diferencia fundamental no es la cantidad de dinero que gana, sino la manera como la gana. De hecho, ellos trabajan pensando en la manera como generar ingresos para ellos y sus descendientes; y no en la cantidad que están ganando hoy.
 
Es muy común que el emprendedor gane menos dinero que sus propios empleados por algún periodo de tiempo, pero no renuncia al trabajo por ello, al contrario, es cuanto más entusiasta se le ve, con la mira puesta en la meta. Su expectativa de ingreso no se reduce a lo que pueda ganar a corto plazo, sino la libertad que obtendrá al construir una fuente de ingreso inagotable a largo plazo.
 
Es la razón por la que los empresarios pueden mantener su estilo de vida sin vivir preocupados por sus ingresos. Muy diferente al empleado con altos ingresos, que al experimentar algún cambio en su ambiente laboral que afecte a sus ingresos, su estilo de vida se desploma o le demanda algún importante agujero financiero; deudas que lo tendrá trabajando por años bajo altos niveles de estrés.

Conclusiones

Si estás a punto de inicial tu negocio, conviene que reflexiones acerca de tus expectativas de ingresos, e identifiques tus hábitos.
 
Has de saber que un empresario exitoso logra el éxito porque su prioridad es lograrlo. No está enfocado en menucias de dinero que le permita aparentar. Su enfoque es crear un sistema que le produzca beneficios de por vida.
 
Si eres un empleado bien remunerado, ya sabes que te costó años de sacrificios lograrlo. No espere a que tu negocio te de grandes éxitos de la noche a la mañana, y menos aún si no estás dispuesto a dar tu mejor energía y dedicación para lograrlo. Deberás invertir todo en tu negocio, así como invertiste tiempo y dinero en ti mismo para lograr posicionarte como profesional.
 
Un negocio, cualquiera sea, no es una changa que va a hacer cuando tengas tiempo. Así no funciona. Si quieres lograr el éxito, agárrate a la visión, a lo que quiere lograr tu negocio, enfócate en hacer las cosas que deben ser hechas, en el tiempo que deben ser hechas, y con tu mejor actitud.
 
Hay cientos de negocios que puedes iniciar hoy, con una mínima inversión, cero riesgo financiero. Necesitas liberar tus emociones, conquistar tus miedos y lograr la vida de tus sueños.
Milciades Villalba Santos

Milciades Villalba Santos

Autor

Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.

Este blog es resultado de dos cosas: El sueño de ser un escritor, y la tranformación que supone en mi vida convertirme en empresario del Siglo XXI.

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Un obstáculo para la prosperidad: trabajar por dinero

Un obstáculo para la prosperidad: trabajar por dinero

¿A ti también te pasó? ¿Ya recibiste esta  lección de la vida? Es la lección de oro en lo que respecta a la educación financiera, pero la mayoría lo aprendemos de la vida, porque nadie nos enseña en la escuela.

Eres joven, vigoroso, con muchas ganas de progresar. Estudias con ahínco, te haces profesional y se abre un mundo de oportunidades para ti. Lo aprovechas y empiezas a trabajar con todas tus fuerzas, es tu momento, te preparaste para estos días y sueñas con un futuro grandioso.
 
Empiezas a lograr en tu vida cosas con las que siempre has soñado. Dinero para la diversión, para tus cosas personales, para el auto y, quizás, para alguna inversión en el futuro, como un terreno, una especialización profesional, etc. Tus primeros pasos hacia la vida próspera y feliz con la que has soñado.
 
Llegas a una etapa de estabilidad, trabajando duro para mantener tu estilo de vida y cumplir con tus compromisos. Y pasan los años, y más años, y más tiempo. Y sigues trabajando duro, eres cada vez mejor en tu profesión, ahora con dos o tres títulos. Estas cansado de trabajar tan duro, pero a pesar de tener mayor preparación, allí donde estás no hay manera de cambiar nada y aventurarse hacia algo nuevo te resulta una idea muy arriesgada.
 
¡Y te llegó tu momento!
 
Te diste cuenta que haciendo lo que haces, ese era tu techo y han pasado algún tiempo que ese techo aplasta tu cabeza, ya no lo soportas y buscas alguna respuesta a estas inquietantes preguntas:
  •  ¿Cómo seguir prosperando?
  • ¿Por qué trabajo tan duro, pero estoy siempre en la misma situación?
  • ¿Qué pasaría con mi vida si perdiera el trabajo?
  • Si cambio de trabajo y salgo a buscar otra oportunidad, con mejor salario, ¿Sería la solución? ¿Cuánto más me tendrían que pagar para que valiera la pena?
  • ¿Por qué cuanto más trabajo, menos libertad de tiempo tengo, y peor, menos dinero dispongo?
  • ¿Por qué la mayoría de mis colegas llevan años quejándose, viviendo el mismo drama, sin ensayar algún cambio en su vida?
Hombre joven exhausto por el trabajo
 
Cuando el alumno está listo, aparece el maestro. Formular una pregunta es el primer paso hacia la sabiduría. Tener la valentía de llevar a la práctica las respuestas es la llave que abre la puerta al éxito y la felicidad.

Por qué trabajar por dinero es una formula contraria a la riqueza

Cuando llegó mi momento y me planteé las preguntas que cite arriba, empecé mi búsqueda. Esa búsqueda me condujo a personas diferentes, porque mis colegas no tenían las respuestas.
 
Esas personas me conectaron a informaciones diferentes. Así fue como leí “Padre rico, padre pobre”de R. Kiyosaki y aprendí la primera lección del padre rico, que los pobres y la clase media no enseñan a sus hijos:

“Los pobres y la clase media trabajan por el dinero, los ricos buscan la manera de hacer que el dinero trabaje para ellos”.

Es una idea muy simple. Sin embargo, cuando yo lo leí, dije: – ¡y qué! ¡No queda de otra, el rico tiene dinero para hacer trabajar, pero al pobre no le queda otra que trabajar!
 
Es lo que yo pensaba. Y es lo que la mayoría piensa, por eso hay más pobres. También por eso los ricos son cada vez más ricos, la clase media se vuelve pobre, y los pobres más pobres.
 
La mayoría nos sacrificamos y esforzamos por prepararnos. Estudiamos mucho para trabajar por el dinero, y allí quedamos por 30, 40, 50 años, trabajando duro por el dinero. Sin embargo, no dedicamos casi nada de tiempo ni de esfuerzo en comprender cómo funciona el dinero y cómo hacer que alguna vez trabaje para nosotros.
 
No pasamos por la lección de educación financiera, ni forma parte de nuestras metas la libertad financiera. No aprendemos del dinero más que trabajar duro para ganar y luego gastarlo, gastarlo y gastarlo.
 
Con la estabilidad laborar, entramos en la etapa de la estabilidad de ingresos, pero multiplicación de los gastos. Entonces nos volvemos esclavos del dinero, ya no podemos dejar de trabajar, nos ilusionamos con algún golpe de suerte que soluciones nuestros problemas, aprendemos a sobre vivir y vegetar, viviendo la misma situación por largos años de la vida.
 
Aunque por más duro que le demos al trabajo, por más aumento que logremos en el salario, la situación no cambia. Porque el problema no es la cantidad de dinero que ganamos, sino cómo lo ganamos y qué hacemos con él después de ganarlo. De hecho, un aumento salariar suele convertirse pronto en mayores problemas, porque a medida que el ingreso incremente, las deudas también.

Esta es la lección más dura de la vida entorno a la educación financiera. La vida no enseña como en las escuelas, en teorías. Es mucho más contundente. Pero muy pocos aprenden la lección. Asimilar las enseñanzas de la vida implica tener la valentía de enfrentar el reto de cambiar. Asumir la responsabilidad sobre los resultados que creamos en nuestras vidas, modificar nuestro rumbo y nuestras prioridades, y disciplinarnos para el éxito.

Educación financiera

La educación financiera nos permite desarrollar la inteligencia financiera. Inteligencia se define como “la capacidad de resolver problemas”. En caso del dinero, “comprender cómo funciona el dinero” y buscar la manera de hacer que trabaje para nosotros. Así, cuando pase el tiempo del trabajo duro y poco ingreso, llega el tiempo del trabajo liviano y mucho dinero.
 
Es un sueño de todo el mundo. Pero lo que todo el mundo no hace es educarse para que sea más que un sueño y trabajar para hacerlo realidad. La mayoría solo trabaja por dinero y hasta ahí llega.
 
Es admirable el empeño de brillantes estudiantes, que se convierten en excepcionales profesionales, cada cuál es sus respectivas profesiones. Pero la grandiosa mayoría se olvidan de incrementar su inteligencia financiera, y cuando les llega su momento, en sus cabezas rondan preguntas como las que citamos arriba, porque no pueden solucionar sus problemas financieros.
 
Son magníficos resolviendo problemas para otros. Cambian sus habilidades y talentos por un pago con lo que no están conformes, pero no pueden darse el lujo de rechazar, porque ese dinero, por más miserable que parezca, se ha convertido en su amo.
 
La solución, en definitiva, no es incrementar ese miserable ingreso, sino aprender a dominar el dinero e invertir la relación amo-esclavo. El único poder que permite el dominio del dinero es la educación financiera

Una cuestión de enfoque

En conclusión. Trabajar por dinero, tarde o temprano nos esclaviza y nos impide alcanzar la prosperidad. La única manera de dominar el dinero es entendiendo cómo funciona y hacer las modificaciones necesarias para actuar conforme a la ley del dinero y hacer  que trabaje para nosotros.
Milciades Villalba Santos

Milciades Villalba Santos

Autor

Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.

Este blog es resultado de dos cosas: El sueño de ser un escritor, y la tranformación que supone en mi vida convertirme en empresario del Siglo XXI.

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5 pasos para salvarte de la crisis económica y prosperar

5 pasos para salvarte de la crisis económica y prosperar

¿Cuál es la mejor manera de enfrentarse a una crisis financiera?
¿Qué hacer cuando los problemas financieros no te permiten respirar?
¿Cómo evitar caer en el círculo vicioso de las deudas, la multiplicación de problemas, la desesperación y las consecuentes “metidas de pata”?
Son cuestiones a las que conviene tener una respuesta. Ya sea que uno este atravesando una crisis o no, conviene estar al tanto de estos principios y estar prevenido. Es mejor “tener un mapa antes de entrar al bosque, que buscar uno cuando ya estás perdido en medio de él”.
La experiencia personal, el análisis de los hechos con amigos que atraviesan o atravesaron crisis y la constante investigación en el campo del manejo financiero me animan a sugerir 5 elementos que me permitieron a mí salir de la desesperación, encontrar el norte y transitar el sendero que conduce a la luz desde la oscuridad del bosque.

Momento histórico: la crisis de la economía mundial

 Desde la aparición de las tecnologías de la información y el conocimiento, la vieja economía industrial empezó a decaer. Hubo épocas de depresión económica en otros tiempos, pero unas crisis tan generalizada y global como la que vivimos hoy en día, pocas veces se vio en la historia.
Donal Trum y Robert Kiyosaki describen con sencillez y solvencia la magnitud de los cambios económicos que afectan a la economía mundial y de qué manera esos cambios significan el fin de un modelo económico.
El libro de estos dos magnates se titula “Queremos que seas rico”. Cuentan que escribieron el libro porque saben que millones de personas tendrán que enfrentarse inevitablemente a enormes tormentas financieros.
Afirma que la clase media, mayoritaria en la vieja economía, va desaparecer. Solo quedan dos opciones en el Siglo XXI: hacerse rico o sumirse en la pobreza.
La escalofriante información que proporcionan estos millonarios en ese libro se tornan cada vez menos sorprendentes cuando nos sentamos a mirar las noticias o analizamos la situación económica de las personas.
Las crisis financieras nos afectan a todos, de alguna u otra manera. No importa si eres empleado de alguna empresa importante, profesional independiente, dueño de algún negocio floreciente o inversionista sofisticado, la crisis nos llega a todos y necesitamos prepararnos para ello.
Si en este momento estás en crisis, esto es un gran consuelo para ti: ¡Tranquilo! Estás a la moda, adelantado a muchas personas. Ponte listo, porque es tiempo de avanzar. Tienes la magnífica oportunidad de tomar la decisión de:

Acomodarte, esperar que las cosas mejoren  y seguir haciendo lo mismo. Esta decisión, conforme a los expertos, te conduce, directo y sin escala, en primera clase, a la pobreza.

Desarrollar inteligencia financiera, forjar el carácter del triunfador, enfrentarte a los desafíos y sacar partido a las nuevas oportunidades. Si algo cae por viejo o inútil, es porque algo nuevo y mejor se levanta.

Si eso no fue consolador para ti, hablemos de un poco más de las crisis.

Crisis: Peligro y oportunidad

 La palabra crisis denota una situación de inestabilidad, y por ende, incertidumbre. Es una situación de cambio, más o menos brusco, que rompe la comodidad, la zona de confort y plantea la necesidad del reajuste y la consolidación de un nuevo estado de las cosas.
El aspecto peligro de la crisis tiene relación con la incertidumbre. No sé lo que va pasar, no sé exactamente lo primero que debo hacer, nunca pase por esta situación y me  produce angustia, desespero, preocupación. Cuanto más prolongada y aguda sea la incertidumbre, la personas corre mayores peligros.
En el campo financiero esto se traduce rápidamente en decisiones apresuradas, totalmente reactiva, en algunos casos de tinte suicida, no en el sentido literal de meterse un tiro, sino de matar toda oportunidad de reactivación financiera inmediata. Cómo se logra eso, déjame contarte que sé muy bien de lo que te hablo:
  • Adquieres deudas sin saber cómo cubrirlas, por lo general con intereses mayores que lo normal;
  • Te involucras en negocios turbios o trabajos deshonrosos como la piratería o el contrabando;
  • Salís estafado tratando de ganar dinero rápido;
  • Mancha tu reputación ante todas las entidades financieras, amigos y familiares;
  • Haces las cosas sin pensar, apresurado, sin oír consejos;
  • Te vuelves experto en meter la pata… (En el área de comentario me gustaría que me cite algunos detalles de acuerdo a tu experiencia)


Sin embargo, los peligros citados están relacionados directamente con la inteligencia emocional y la inteligencia financiera de la persona que atraviesa la crisis. Son dos asignaturas pendientes en el proceso educativo de la mayoría de las personas, sin importar el título profesional y el sello de prestigio que tenga su aval académico.

 Ahora la parte buena. Sin crisis es imposible evolucionar  crecer. No podemos mejorar nuestras vidas si todo sigue igual. El cambio es un factor muy necesario para que podamos crecer y desarrollarnos.
Y atiende mucho lo siguiente. Estamos viviendo en una época en que se aplica perfectamente la famosa frase de Heráclito:
“lo único permanente es el cambio”.
Todo está en evolución, todo el conocimiento, en cualquier área de la vida, se duplica cada año. Si tú no cambias, quedas obsoleto para el mundo en que vivimos, despistado en la vida y, naturalmente, lo que no evoluciona es corroído por el tiempo.
Si llega la crisis, bienvenido sea. Es una alerta para cambiar y evolucionar. He aquí los pasos que te ayudarán a salir airoso de las crisis que necesariamente tendrás que enfrentar.

la crisis es una combinacion de peligro y oportunidad

Pasos para enfrentar una crisis financiera

 1. Reconoce y enfrenta la crisis

El primer paso hacia la solución de un problema es advertir su presencia. Si uno permanece inconsciente, el problema lo sorprenderá, la angustia será mayor y la solución más dificultosa.
Los lamentos sociales generados por las crisis económicas tienen su razón de ser en que la mayoría de las personas no tienen el hábito de evaluar y planificar su vida financiera. Es normal estudiar y prepararse alrededor de 20 años para salir a trabajar y ganar dinero, pero casi nadie se prepara para manejar el dinero, planificar su vida financiera.
El sueño de la libertad financiera normalmente permanece en el campo de los sueños imposibles para la mayoría, no porque realmente sea imposible, sino porque nadie se prepara ni planifica para lograrlo.
Date el tiempo y responde con sinceridad estas preguntas:
  • Considerando los últimos 5 años, sus finanzas mejoraron, siguieron igual o empeoraron.
  • Si sigue haciendo lo mismo, cuál es el resultado más probable para los próximos  5 años
  • ¿Tiene un plan para retirarse o jubilarse a los 60 años? ¿Tiene la seguridad de lograrlo?
  • ¿Qué pasaría con su familia si de repente perdiera su fuente de ingreso o no pudiera seguir trabajando?
  • Tiene algún plan para lograr su libertad financiera adaptado a la nueva economía global.
  • ¿Estás realmente feliz con lo que hace? ¿Vive realmente o apenas sobrevive?

Si ya está atravesando una crisis financiera en su familia, ya estas preguntas son redundantes, vayamos al siguiente paso directamente.

2. Identifica las causas internas y externas de las crisis

 La mayoría de las personas pueden citarme sin problema los factores externos, que en su creencia, fueron las causas de su situación crítica. Pero esos factores externos, como la economía global, las políticas monetarias, los gobiernos, los familiares, el jefe, etc., están allí afuera, afecta a todos por igual y poco o nada uno puede hacer para cambiarlos.
Lo más importante en una situación crítica es analizar cuáles fueron las causas de esa crisis que está en mí. El principal problema está en ti, no fuera. Así mismo, la solución solo puede salir de ti. No sirve de nada hacerse la víctima, lamentarse, quejarse, buscar culpables. Todo eso disipa tu energía personal, tu centro de poder, para poder dar con la solución.
Cuando asumes la responsabilidad de lo que sucede en tu vida, te haces cargo de los resultados que has provocado, puedes hacer dos pasos imprescindibles para salir del problema:
Primero, “perdónalo padre porque no sabe lo que hace”, reconoce tu estado de ignorancia o carencia emocional que te condujo a los desastres financieros y perdónate a ti mismo, libera tu corazón de la culpa y la angustia y prepara tu clima interior para volver con la frente en alto al campo de batalla. Te dolerá un poco, porque los cambios duelen. Es un proceso que puede ser duro y largo. Aquí el gusano decide colgarse en un sitio, reflexiona sobre su ser, permanece allí como crisálida, para, finalmente, salir volando como mariposa.
Segundo, es tomar la decisión de volar. La crisis te enfrenta al reto de morir o evolucionar. No hay punto intermedio. Mientras más llores por la leche derramada, más doloroso y prolongado se vuelve el proceso.

3. Vea la crisis como una oportunidad para aprender y cambiar

 Lo más precioso e increíblemente poderoso que la naturaleza ha obsequiado al ser humano para resolver sus problemas, vivir y evolucionar, es su mente. Con la mente creamos nuestra realidad, y cuanto más aprendemos a utilizar esta herramienta, podemos mejorar nuestra creación.
Lo triste del caso es que por lo general sabemos poco de cómo funciona nuestra mente. Y en vez de utilizarlo adecuadamente para nuestro provecho, lo anulamos o utilizamos para crear inconscientemente cosas terribles.
La incertidumbre, el miedo, la culpa, anulan nuestra capacidad mental de crear soluciones coherentes a problemas presentes. Actuamos como autómatas, movidos por un instinto bastante bruto, totalmente obsoleto para dar soluciones coherentes a problemas actuales, porque esa parte del cerebro fue programado muy remotamente, herencia de respuestas de supervivencia de nuestros antepasados.
Para encontrar soluciones necesitamos relajar nuestra mente y centrarnos en la solución, no en el problema. Cuando nos centramos en el problema, entramos en el análisis de un entramado de causas y efectos, culpables y excusas, y una maraña mental que no nos permite avanzar.
Suspende el cálculo, la culpa, el temor, la preocupación. Encuentra la paz, la serenidad, la confianza y emprende el camino a la búsqueda de soluciones inteligentes, creativas. El aprendizaje consiste en la capacidad de introducir una respuesta nueva a una situación problemática, que al ponerlo en práctica nos permite superar el problema.

4. Eleva el nivel mental para dar con la solución

 Lee cualquier libro de Robert Kiyosaki, o de T. H. Ecker y numerosos educadores financieros. Todos dan la nota común: si tienes problema financiero, la razón principal eres tú, más específicamente, tu educación financiera.
Albert Einstein dijo que “no podemos resolver un problema en el mismo nivel mental en que lo creamos”. Lo que significa que el problema que ahora enfrenta, se debe a que tu estado mental llegó a un límite en su capacidad de responder a una realidad. Por tanto, es imposible la solución sin un cambio en la mentalidad, sin una expansión mental. Esto se logra mediante nuevas informaciones y ejercitando la mente en la búsqueda de soluciones creativas.
La inteligencia no se mide por la capacidad de acumular informaciones, sino la capacidad de resolver problemas. Por tanto, la inteligencia financiera es desarrollar nuevas habilidades para resolver los problemas actuales.

5. Actua conforme a lo que conviene, no conforme a la circunstancia

 Es muy común escuchar en personas con problema financiero: debería hacer esto, pero la circunstancia me obliga a lo otro. Esto es darle todo el poder  a las circunstancias y actuar de manera reactiva, perdiendo el control de la situación. A la larga, esto tendrá el resultado de alargar y agrandar el problema.
Cuando se centra en la solución y encuentra lo que conviene hacer para salir de la situación en que se encuentra, honra ese descubrimiento y actúa conforme a lo que realmente le conviene. El universo seguirá tus mismos pasos. Si te honras a ti mismo y prioriza la solución, las cosas empezarán acomodarse para que la solución crezca. Lo contrario funciona igual.

Conclusiones

 Vivimos en un momento histórico de grandes cambios, que provocan grandes crisis, lo cuales nos exigen desarrollar inteligencia financiera para poder producir las soluciones más inteligentes para salir victoriosos de las crisis y pasar por el proceso de cambio de una manera más racional, conservando el equilibrio interior.
Milciades Villalba Santos

Milciades Villalba Santos

Autor

Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.

Este blog es resultado de dos cosas: El sueño de ser un escritor, y la tranformación que supone en mi vida convertirme en empresario del Siglo XXI.

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