El primer reto para un emprendedor es descubrir el negocio que le permita conquistar el éxito: la idea de negocio. Es decir, a qué negocio dedicará todos sus recursos financieros, intelectuales, emocionales y físicos, para hacerlo funcionar y llevarlo al éxito.
Quizás eres un emprendedor, trabajando duro, pero con un futuro incierto. A lo mejor has intentado con varios emprendimientos, fracasando en la mayoría. Puede que estés a punto de iniciar un nuevo proyecto de negocio. En cualquier caso, necesitas seguir leyendo.
Hay un nuevo modelo económico en auge, con nuevas oportunidades. Vivimos tiempos de cambios; lo que hasta ahora parecía una buenísima idea, puede que no sea tan buena considerando esos cambios, o puede que sea incluso aún mejor idea si aplicamos unos principios, como los que vamos a ver aquí.
Las necesidades humanas y los grandes negocios
Todo negocio opera en función de satisfacer una necesidad, sea real o inventada, primaria o secundaria. El consumidor o cliente compra un producto o servicio para satisfacer una necesidad.
Los grandes negocios surgieron identificando grandes necesidades humanas. Los emprendedores que marcan la historia fueron aquellos capaces de “crear” productos y servicios de gran demanda a nivel mundial.
Por tanto, si usted desea un negocio grande, que le brinde beneficios por el resto de su vida y le permita lograr los ingresos que necesita para vivir la vida de sus sueños, necesita encontrar una gran necesidad humana, que genere una gran demanda del producto o servicio que usted es capaz de ofrecerles.
¿Tienes idea de la necesidad que tiene la mayoría de seres humanos hoy en día? ¿Te gustaría que tu empresa sea pionera en satisfacer esas necesidades? ¿Quieres ofrecer el producto que todo el mundo está buscando? Es el sueño dorado de cualquier emprendedor.
El concepto de negocio
Tenemos 3 negocios: Tenemos en el barrio un pequeño negocio “Hamburguesas XX”; sin lugar a dudas, la mejor hamburguesa de la ciudad. También tenemos “BurgerXX”, sobre una de las avenidas principales de la ciudad; sus hamburguesas no son tan ricas, pero la familia prefiere ir allí porque tiene un amplio local con parque de diversiones para los niños. Pero en la mejor área de la ciudad, tenemos un McDonald.
¿Cuál es la diferencia entre estos tres negocios? El concepto de negocio
Quien no entiende de negocios diría que los tres negocios consisten en vender hamburguesas, y que la diferencia está en la infraestructura, la inversión inicial o la publicidad. Si bien hay diferencia en estos tres aspectos, la realidad es que son negocios totalmente distintos.
La necesidad que detecta “Hamburguesas XX” es que en el barrio hay muchas personas que gustan de unas ricas hamburguesas. Su idea de negocio es satisfacer ese mercado preparando las más ricas hamburguesas del barrio al mejor precio.
“BurgerXX” detectó que hay demasiados negocios vendiendo hamburguesas; que la necesidad que había era de un ambiente espacioso donde las familias pudiera ir a compartir un buen momento y disfrutar de unas hamburguesas, mientras los más chicos se divierten sin molestar. Es decir, asocia a necesidad de comer hamburguesa, con la necesidad de compartir en familia y divertir a los más pequeños. El costo de la cena es mayor, pero el cliente paga con gusto a ver satisfecha su necesidad.
Finalmente, McDonald es un sistema integrado que incluye al concepto anterior y agrega otros componentes como la estandarización, la rapidez en la atención, etc., que satisface otras necesidades. No disponemos espacio aquí para detallar el sistema de McDonald, ni es el propósito. Pero déjame subrayar este punto. Lo que lo hace único y lo convierte en un fenómeno mundial no son las hamburguesas, sino el SISTEMA. Es decir, el concepto de negocio.
No basta con identificar una necesidad y crear un producto o servicio; para lograr éxito en los negocios, sobre todo hay que diseñar un sistema que haga posible la expansión. Un negocio que no se expande, se estanca, esclaviza al dueño y, normalmente, mueren juntos, negocio y dueño.
La necesidad de las masas en el siglo XXI y la Nueva Economía
Debemos preguntarnos con tino de emprendedor ¿Qué es lo que el mundo está necesitando en estos momentos y va seguir necesitando por un buen período de tiempo? Es decir, identificar una gran necesidad insatisfecha, cuyo desarrollo representa una tendencia. Las grandes empresas fueron aquellas que en su momento identificaron una tendencia y se posicionaron para aprovecharla.
Las personas pueden conseguir alimento, vestido, resguardo, seguridad y cubrir prácticamente todas sus necesidades básicas, en cualquiera de los mercados.
Sin embargo, lo que las masas de gente de todo el mundo necesita hoy, no son cosas para comer o vestir, ni medios para transportarse. Lo que el mundo necesita es un estilo de vida de libertad.
Es el producto por excelencia que el mundo necesita hoy: Estilo de vida de libertad.
La gente vive cansada de la esclavitud de largas horas laborales, fuera de sus hogares. De la esclavitud financiera, atrapada en los sistemas de crédito, bajo el peso de las deudas. Esos dos factores, tiempo y dinero, constituyen dos variables que han convertido la vida de las personas en su encierro existencial.
Las personas no pueden controlar su tiempo, tampoco su dinero. Vive en función al sistema laboral y al sistema monetario, no en función a sus sueños, sus metas, sus más sagradas aspiraciones como persona. Ha perdido la libertad de soñar y vivir la vida de sus sueños, para sobrevivir atrapado dentro de un sistema de subsistencia esclavisante.
Los emprendedores que diseñan modelos de producción y desarrollo que libera a las personas de la cárcel de su propio estilo de vida, son los próximos millonarios, los emprendedores que pasarán a la historia en los tiempos venideros. Empresarios que trabajan en base a un sistema de valores diferente, que trascienda el modelo basado en la competencia, donde el más débil no tiene oportunidad de desarrollo.
Los líderes de la vieja economía, que operan con un sistema de valores en cuya cúspide comanda el dinero, han llevado a la humanidad a un estilo de vida perverso.
Los emprendedores del presente y del futuro tienen el desafío de forjar una economía con rostro humano. Más allá del producto físico y el servicio que pueda ofrecer un negocio de la nueva economía, lo que le llevará al éxito son los principios y valores en los que se sustente. La cúspide de su escala de valores no puede ser sino la persona humana, en toda su dignidad, fundamentalmente su libertad de ser.
Mercadear una oportunidad para que las personas puedan vivir un estilo de vida diferente, donde el tiempo y el dinero no sean un obstáculo para la consecución de la vida de sus sueños, el desarrollo de los genuinos deseos de su corazón, o su propósito de vida. Ese es el producto que toda la humanidad necesita, incluyendo al propio emprendedor que lidera el proceso.
El concepto de negocio dentro de la nueva economía
Identificamos una enorme necesidad humana en nuestras narices: Estilo de vida de libertad. El producto perfecto para satisfacer esa necesidad de alta demanda es la de brindar una oportunidad de recuperar el control del tiempo y el dinero en su vida.
La gente cree, con fatal ignorancia, que para vivir feliz y prósperamente necesita volverse millonario. Pero en realidad, mucho más dinero suele convertirse en mucho más problema y menos tiempo libre. ¿Por qué razón? Porque, si bien tienen más dinero, es el dinero que los controla y son otras personas que controlan su tiempo. La clave de la libertad es la de poder controlar el tiempo y el dinero.
Por lo tanto, el concepto de negocio del Siglo XXI, tiene que incluir una buena dosis de educación financiera y estar sustentado en un sistema empresarial que permita a las personas generar ingresos pasivos residuales, los cuales no dependen del tiempo de la persona, sino del SISTEMA que la persona haya creado para generar ingreso.
El recurso productivo de la nueva economía
Finalmente, para garantizar el éxito empresarial en el Siglo XXI debemos tener en cuenta el recurso productivo por excelencia para generar riqueza en el modelo económico vigente.
En la antigüedad, la Era Agrícola, el mayor recurso productivo era la tiene. Los grandes terratenientes tenían el potencial de generar riqueza como ningún otro, porque el recurso productivo por excelencia en el modelo económico vigente era la tierra.
En la era moderna surge el Capitalismo Industrial, donde el recurso productivo por excelencia deja de ser la tierra. En la era industrial toda la riqueza se genera según los parámetros del capital. Por tanto, los capitalistas se convierten en orquestadores del sistema económico.
Los emprendedores que se posicionaron en la era de la revolución industrial como capitalistas, son los verdaderos dueños del mundo en que vivimos, así como en otros tiempos los reyes se adueñaran de las tierras y todo los que se movían sobre ella.
¡¡He aquí tu oportunidad!!
En la nueva economía, el recurso productivo por excelencia es la información y el conocimiento. Las empresas que se posicionan para liderar en el siglo XXI operan con información y conocimiento, sin necesidad de grandes inversiones financiera, sin locales físicos, sin límite de localidad, con presencia global a través de las tecnologías de la información y el conocimiento.
¿Qué es lo que te digo?
Que puedes convertirte en empresario y volverte multimillonario en la nueva economía, aunque no tengas dinero para invertir y tierra para cultivar. Lo que necesitas diseñar es un negocio que opera con información y tenga el potencial de aprovechar el mercado global, ofreciendo a las personas la oportunidad de ser libre y vivir la vida de sus sueños, desde la comodidad de su hogar.
Conclusiones
El Siglo XXI es de los emprendedores. La era del empleo está en decadencia. Si quieres convertirte en un emprendedor exitoso, necesitas identificar lo que el mercado necesita y va seguir necesitando por largo tiempo, diseñar el producto o servicio que satisfaga esa necesidad y sobre todo, que el modelo de negocio que implemente te permitas vivir con libertad de tiempo y dinero, no esclavizado por tu negocio, sin tiempo para vivir en función de tus verdaderas pasiones.
Te diste cuenta que estoy compartiendo mi idea de negocio contigo. En la vieja economía competitiva esto sería un pecado mortal. Pero en la nueva economía es imposible lograr grandes cosas sin cooperar y compartir con otros. Los valores son totalmente diverso.
Si tienes ideas brillante, no dudes en compartir con nosotros. Te esperamos en la zona de comentarios. Claro, haz el favor de compartir este artículo con tus amigos en las redes sociales de tu preferencia. Gracias.
0 comentarios