Sostenemos que la prosperidad responde a un estado interior, a patrones de pensamientos y sentimientos que operan habitualmente en la persona. Sin embargo, debemos reconocer que existen leyes externas del dinero, patrones que rigen el mundo de las finanzas, de los cuales debemos estar conscientes y aprender a dominar a fin de manifestar y sostener en el mundo material la riqueza en todas sus formas.
“La falta del dinero nunca es un problema; la falta de dinero es apenas un síntoma del verdadero problema”(T. H. Ecker)
Lo que no le gusta al dinero y hace que desaparezca de tu vida
Cómo funciona el dinero y como hacer que fluya en tu vida
Vamos acudir a unos sencillos gráficos, facilitado por uno de mis escritores favoritos, Robert Kiyosaki, de quien te hablaré más, próximamente, y tendrás sus materiales en la sección de herramientas.
Opción uno: renunciar inconscientemente a la prosperidad.
- Gastar todo el ingreso, de la manera que fuere, con la excusa que fuere. Detrás de cada conducta hay una mentalidad, una emocionalidad, una energía. Las personas que no pueden ver el dinero y resistirse a gastar, por lo general están dominadas por emociones de escasez; tratan de llenar algún vacío emocional, inseguridad, falsa valía personal, autoestima baja, posición social, etc. En gran medida la sociedad consumista padece de esta enfermedad mental. La patología llega ser tan aguda que está acabando con la clase media y dividiendo el mundo en ricos muy ricos, y pobres cada vez más pobres. Antídotos como la educación financiera, la búsqueda real del sentido de la vida, la revalorización de la dignidad humana, son de alta prioridad en esta emergencia.
- La segunda manera de renunciar a la prosperidad inconscientemente es recurrir a las deudas, que incrementan los gastos, para satisfacer las demandas emocionales que describimos arriba. Adquirir pasivos, es decir, compromisos que van a sacar dinero de nuestros bolsillos incrementando nuestros gastos, es una de las maneras más rápida de entrar en un estado de angustia existencial, perder el control del tiempo en nuestras vidas y sacrificar años de nuestras vidas detrás del dinero, para llegar al ocaso de nuestra existencia, tan pobre como iniciamos, sin haber evolucionado, y sin haber desarrollado nuestras potencialidades en aquello que realmente nos hubiera gustado hacer.
En una entrada posterior aprenderemos acerca de las deudas, en qué caso nos conducen a la pobreza y en qué caso nos puede servir de respaldo para prosperar. Pero una vez más, no es el dinero, ni la deuda lo que es malo, sino la mentalidad, los pensamientos y sentimientos que nos mueven a utilizarlos de una u otra manera.
Opción dos: desatar la prosperidad en nuestras vidas permitiendo al dinero fluir hacia nosotros y multiplicarse
El sencillo gráfico nos indica ese camino de dominio propio, dominio de las leyes del dinero y las leyes de la prosperidad y la abundancia. ¿Cómo recorremos ese camino?
Factores que determinan el éxito financiero
Son cuatro factores que determinan el éxito financiero: El ingreso, la administración del ingreso, el ahorro y la inversión.
El ingreso:
Hay dos tipos de ingreso:
El ingreso activo o lineal, que consiste en producir dinero a cambio de un trabajo donde cambiamos nuestros conocimientos y habilidades por dinero en un tiempo dado, por ejemplo los sueldos, los honorarios y las comisiones; y,
El ingreso pasivo o residual, donde el ingreso depende de un activo financiero y no de la dedicación personal, por ejemplo tenemos las regalías por derecho autoral, los dividendos empresariales, las rentas, etc.
Una persona verdaderamente próspera aprende a crear ingresos pasivos, porque además del suministro financiero, necesita tener el control de su tiempo para desarrollar su pasión en plena libertad. En la sociedad en que vivimos, la libertad financiera radica en el control del tiempo y el dinero; es decir, que tiempo y dinero no sean obstáculos a la hora de vivir los sueños.
Administración:
Si no aprende a vivir con menos de lo que gana, nunca logrará libertad financiera. El hábito de administrar lo que gana es más importante de la cantidad.
Controlar los gastos implica ante nada controlar las emociones y aprender a simplificar, a practicar la gratitud por lo que uno tiene y mantener el entusiasmo y la paciencia para no “matar la gallina de los huevos de oros” por querer todos los huevos de una vez.
Ahorro:
El ahorro está directamente relacionado con los dos factores anteriores, ya que la cantidad por ahorrar depende del ingreso y la buena administración.
Al ahorrar pone en práctica el principio “páguese usted primero” ya que de todo lo que gana, lo que verdaderamente es de usted es lo que ahorra, porque el resto se va como llegó.
El primer ejercicio de prosperidad consiste en ejercitar el hábito de ahorrar el 10% de todo el ingreso y no gastarlo jamás, sino utilizarlo exclusivamente para el siguiente paso.
Inversión:
En pocas palabras es hacer que tu dinero, y digo tú dinero porque te lo guardaste para ti, trabaje para ti. Hacer que el dinero trabaje para ti en vez de tu trabajar por el dinero, te pone en posición de dominio sobre el dinero.
La mayoría de las personas sale de casa a trabajar todos los días cuando en realidad le hubiera gustado hacer otra cosa, lo que significa que están dominadas por la necesidad del dinero.
Llegar a este nivel supone haber adquirido una madurez emocional bastante razonable para el manejo del dinero, y una educación financiera apropiada para manejar negocios e inversiones.
Tanto el proceso de madurez como la educación financiera adecuada demandan esfuerzo y tiempo. Por eso, apenas tomes la decisión de incorporar en tu vida las leyes del dinero para crear abundancia, asume así mismo, la tarea de educarte continuamente en el campo financiero.
El siglo XXI ofrece innumerables oportunidades, pero para poder aprovecharlas hay que estar preparados y listos, es decir, con la mentalidad adecuada y los conocimientos correctos.
Conclusión
Considerar estos cuatro factores da cuenta de lo sencillo que resulta comprender racionalmente el proceso que conduce a la libertad financiera. Con los gráficos incluidos la idea es comprensible para cualquier persona de cualquier nivel. Pero la complejidad salta a la vista cuando nos preguntamos por qué un camino tan sencillo permanece invisible para la mayoría, y sumamente difícil para aquel que de buenas ganas decide ponerse en marcha hacia la prosperidad.

Milciades Villalba Santos
Autor
Empresario de Networt Marketing, bloguero, orador, coach y educador de emprendedores.
Este blog es resultado de dos cosas: El sueño de ser un escritor, y la tranformación que supone en mi vida convertirme en empresario del Siglo XXI.
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